martes, 8 de agosto de 2017

POSVERDAD RELIGIOSA Y POPULISMO



Hoy están de moda las palabras posverdad y populismo. El mero hecho de surgir simultáneamente  ¿no sugerirán un posible vínculo o relación  entre el contenido de una y otra?. Aunque su ámbito de vigencia es básicamente el político, vamos a intentar proyectarlo también sobre el campo religioso.

   Tanto la posverdad como el populismo son realidades que van siempre acompañando a la historia humana. Quizás bajo  otros términos, pero apelando/denotando las mismas realidades. Aquí solo vamos a aproximarnos al tema de nuestra proposición, lo que significa no pasar más allá de la sugerencia, lo que puede conllevar una simplificación de la cuestión.

   Se entiende por posverdad  la predominancia en los comportamientos/opciones humanos de  las emociones y las creencias personales sobre los hechos objetivos o verdades racionales.


   Entre las muchas y diferentes definiciones, nos acogemos a la de Bernard-Henri Levi, que  por populismo entiende “la confianza ilimitada en los recursos y en la capacidad del pueblo, y desconfianza hacia todo aquello que podría interpretar, desvirtuar, diferir la justa expresión de ese pueblo que, librado a sí mismo, libre de obstáculos, tiene buen criterio por naturaleza”.

   Es evidente que el mensaje, tanto del populismo como de la posverdad, compagina más con la categoría social  de “pueblo”, gente sencilla y más creyente que culta, que  con las “elites” intelectuales y de poder.

   Aunque su origen y su significado tengan en su empleo un marcado sentido ideológico , concretamente político,  ¿qué poder decir de la posverdad religiosa? Porque también  podía extenderse su significado y vigencia al ámbito de las religiones, incluida la religión católica.

   Es indudable que la fe religiosa se apoya y mueve más en el ámbito del sentimiento que en el de la razón. La fe, su expresión más cabal, es un abrazo sentimental a realidades que traspasan el horizonte de la razón. La religiosidad –no se olvide- es una experiencia emocional de lo sagrado. Y quien más acude y se acoge a la experiencia y al sentimiento, y menos se apoya en la verdad-razón, es el pueblo, es decir, la gente menos ilustrada, de ahí que la creencia popular se mueva en gran medida en la experiencia-posverdad religiosa.


   Esta parece ser la dirección en que empieza a moverse en la actualidad la proclamación del kerigma católico, en respuesta tardía a las direcciones del último Concilio, que, hasta ahora, habían estado congeladas.

   A esta nueva realidad/mentalidad parece querer responder la propuesta religiosa del Papa actual. Recurriendo a terminología clásica, tanto en su discurso cotidiano , como en sus documentos institucionales, el Papa Bergoglio  suele moverse  preferentemente en torno al ethos (la credibilidad de la propuesta) y al pathos (la emoción, el afecto, el amor), que al logos (la verdad racional religiosa en sí). Esto es tan cierto, que no es difícil percibir un nuevo caminar de la Iglesia en este sentido a partir de su magisterio. Un nuevo caminar, por cierto, que, como decimos, viene a responder a las exigencias del último Concilio.

   Toda la actuación pastoral del Papa Francisco responde a esa misma dirección. Las pruebas son, por distintos caminos, diariamente constatables. Por ejemplo, la actitud de los cuatro altos Cardenales que le presentaron al Papa Bergoglio los famosos “dubia” sobre el documento pontificio “Amoris Laetitia”, no signficará  una respuesta-reación  de la verdad-razón-tradición  a una supuesta posverdad religiosa del Papa Francisco en ese documento?


   Esta relación entre posverdad y populismo religioso en la proclamación religiosa del Papa actual,  no es muy de extrañar, pues la tendencia política del populismo también se ha aplicado  en contextos religiosos, como, por ejemplo, en la teología de la liberación. Es más, ya se ha llegado incluso a escribir (1) sobre la gran influencia que el movimiento populista argentino “la teología del pueblo” tiene  sobre el pensamiento del Papa Bergoglio, hasta el punto de calificarle como populista.

   Este nuevo caminar de la fe es, sin duda, una necesaria y necesitada humanización de la religión. Aparte de responder al mandato y orientación del último Concilio, parece ser la opción o alternativa para el anuncio del Evangelio en esta “modernidad líquida” (Zygmun Bauman), con cierta garantía para la fe de ser social y personalmente acogida.

                                        ISAÍAS DÍEZ DEL RÍO
(1)
Górski, Eugeniusz (1994). Dependencia y originalidad de la filosofía en Latinoamérica y en la Europa del Este. México: UNAM. p. 162..  Beltramo Álvarez, Andrés (14 de marzo de 2014). «Papa Francisco: ¿teología del pueblo o populista?». Vatican Insider. La Stampa.  Scannone, Juan Carlos. «Perspectivas eclesiológicas de la ‘Teología del Pueblo’ en la Argentina». Biblioteca Católica Digital..
 R. R. Reno (2 de diciembre de 2013). «Our populist pope». First Things.
  Budowsky, Brent (28 de noviembre de 2013). «Pope Francis Liberal Populist». Huffington Post.